Había una vez una cigarra que pasaba su tiempo cantando y bailando sin preocuparse por el futuro. Una hormiga, trabajadora y astuta, se preocupaba por el invierno que se avecinaba y comenzó a recolectar alimentos para sobrevivir.
La cigarra se reía de la hormiga y le decía: «¿Por qué te preocupas tanto? Hay suficiente comida y tiempo para disfrutar y cantar». Pero la hormiga no se dejó engañar y siguió trabajando duro.
El invierno llegó y la cigarra se dio cuenta de que no había almacenado nada. Mientras tanto, la hormiga tenía suficientes provisiones para sobrevivir. La cigarra se acercó a la hormiga, pidiendo ayuda, pero la hormiga le respondió: «Deberías haber pensado en el futuro cuando tenías la oportunidad. Ahora, tendrás que aprender a cuidarte tú misma».
La moraleja de la fábula es que es importante estar preparado para los desafíos del futuro y trabajar duro, en lugar de simplemente disfrutar del momento.