Había una vez una elefante llamada Ellie. Ellie era muy grande y fuerte, pero también era muy tímida. A menudo se sentía sola porque los otros animales del bosque se reían de ella debido a su tamaño. Un día, mientras Ellie caminaba por el bosque, se encontró con un ratón llamado Rufus.
Rufus era muy pequeño y estaba asustado de Ellie, pero Ellie le dijo que no tenía nada de qué preocuparse. Los dos comenzaron a hablar y pronto se hicieron amigos. Ellie se dio cuenta de que Rufus era muy sabio y divertido, y Rufus se dio cuenta de que Ellie era muy amable y comprensiva.
Un día, mientras Ellie y Rufus jugaban juntos, se encontraron con un problema. Un gran árbol había caído en el camino y no podían pasar. Ellie intentó empujarlo, pero era demasiado pesado. Rufus intentó escalarlo, pero era demasiado alto. Parecía que no había manera de superar el obstáculo.
Entonces, Rufus tuvo una idea. Ellie podría usar su tamaño y fuerza para levantar el árbol mientras él lo empujaba desde abajo. Ellie estaba un poco nerviosa al principio, pero confiaba en su amigo y decidió intentarlo. Con la ayuda de Rufus, lograron mover el árbol y continuar su camino.
A partir de ese día, Ellie y Rufus se convirtieron en los mejores amigos del bosque. Ellie aprendió a confiar en su tamaño y fuerza, y Rufus aprendió a confiar en su inteligencia y astucia. Juntos, superaron todos los desafíos que se les presentaron y nunca dejaron de jugar y divertirse.
La lección que aprendieron Ellie y Rufus es que cada uno tiene sus propias habilidades y debilidades, pero juntos, pueden hacer lo imposible. Y eso es lo que les permitió superar cualquier obstáculo que se les presentara. Así, Ellie y Rufus se convirtieron en un gran equipo y siempre se ayudaron mutuamente para superar cualquier dificultad.
y colorín colorado este cuento se ha acabado.