Spidey es un niño muy valiente y aventurero con super poderes arácnidos que le gusta mucho jugar con sus amigos. Un día, decidió formar un superequipo para combatir el mal y defender la justicia. Sus amigos eran: Spin, que tenía el poder de controlar el agua; Fantasma, que podía volar y lanzar rayos; y Hulk, que era muy fuerte y ágil.
Un día, Spidey y su superequipo decidieron ir al parque de atracciones para divertirse y pasar un buen rato. Allí se montaron en la montaña rusa, el carrusel, la noria y muchas otras atracciones. Se lo estaban pasando muy bien, hasta que vieron algo extraño en el otro lado del parque.
Era un hombre con cuatro brazos metálicos que salían de su espalda. Tenía una bata blanca y unas gafas oscuras. Era el malvado Doc Ock, un científico loco que quería conquistar el mundo con sus inventos. Doc Ock había llegado al parque de atracciones para robar un generador de energía que estaba en una de las casetas. Con ese generador, podía alimentar su máquina más peligrosa: el rayo destructor.
Spidey y su superequipo se dieron cuenta de lo que estaba haciendo Doc Ock y decidieron detenerlo. Se pusieron sus trajes de superhéroes y se dirigieron hacia él. Doc Ock los vio y se rió maliciosamente.
- ¿Qué hacen aquí unos niños? ¿Quieren jugar conmigo? Pues les voy a dar un juego que no olvidarán -dijo Doc Ock, mientras movía sus brazos metálicos.
- No somos unos niños cualquiera, somos Spidey y su superequipo -dijo Spidey, con valentía-. Y no vamos a dejar que robes el generador de energía ni que uses tu rayo destructor.
- ¿Ah, no? Pues vamos a ver quién es más fuerte -dijo Doc Ock, mientras lanzaba uno de sus brazos hacia Spidey.
Spidey esquivó el ataque y le lanzó una telaraña a Doc Ock para atraparlo. Pero Doc Ock cortó la telaraña con otro de sus brazos y le devolvió el golpe. Spidey volvió a esquivar y le dio una patada en la cara a Doc Ock.
- ¡Bien hecho, Spidey! -gritó Spin, mientras usaba su poder para crear una ola de agua que empapó a Doc Ock.
- ¡Gracias, Spin! -dijo Spidey, mientras le guiñaba un ojo.
- ¡No me mojen! -protestó Doc Ock, mientras se sacudía el agua-. ¡Les voy a enseñar!
Doc Ock lanzó dos de sus brazos hacia Spin y Fantasma, que estaban juntos. Fantasma usó su poder para volar y esquivar el ataque, pero Spin no fue tan rápida y fue atrapada por uno de los brazos de Doc Ock.
- ¡Suéltala! -gritó Fantasma, mientras lanzaba un rayo a Doc Ock.
- ¡Ayuda! -gritó Spin, mientras intentaba liberarse.
Doc Ock recibió el rayo de Fantasma y soltó un grito de dolor. Pero no soltó a Spin, sino que la apretó más fuerte.
- ¡Ahora verás! -dijo Doc Ock, mientras lanzaba a Spin contra Fantasma.
Fantasma logró atrapar a Spin en el aire y la abrazó para protegerla.
- ¿Estás bien? -le preguntó Fantasma, preocupado.
- Sí, gracias -le dijo Spin, aliviada.
Mientras tanto, Hulk había llegado hasta la caseta donde estaba el generador de energía. Vio que Doc Ock había dejado una bomba junto al generador para hacerlo explotar. Hulk usó su fuerza para arrancar la bomba y la lanzó lejos del parque.
- ¡Eso es! -dijo Hulk, orgulloso-. ¡He salvado el generador!
Pero entonces, Doc Ock lo vio y se enfureció.
- ¡No! ¡Ese generador es mío! -gritó Doc Ock, mientras lanzaba su último brazo hacia Hulk.
Hulk usó su agilidad para esquivar el ataque y le dio un puñetazo a Doc Ock en el estómago. Doc Ock se dobló de dolor y cayó al suelo.
- ¡Ya está! -dijo Hulk, triunfante-. ¡Hemos vencido a Doc Ock!
Spidey, Spin y Fantasma se reunieron con Hulk y lo felicitaron.
- ¡Lo hemos hecho! -dijeron al unísono.
- ¡Sois unos héroes! -les dijo el dueño del parque, que había visto todo-. Gracias por salvar el parque y el generador de energía. Os voy a dar un premio: podéis montar gratis en todas las atracciones que queráis.
- ¡Qué bien! -dijeron Spidey y su superequipo, contentos.
Y así fue como Spidey y su superequipo derrotaron al malvado Doc Ock y se divirtieron en el parque de atracciones. La moraleja de esta historia es que la unión hace la fuerza y que los niños pueden hacer grandes cosas si trabajan en equipo y usan sus talentos para el bien.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
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